La piel necesita una serie de cuidados y rutinas imprescindibles para poder mantenerse joven y tersa durante mucho más tiempo. A esos cuidados diarios hay que complementarlos con otros esporádicos que te ayuden a mantener un cutis aún en mejor estado. De los que puedes realizarte en casa tú misma destacaríamos 2 principalmente: una correcta exfoliación y una buena mascarilla. Sólo así conseguirás eliminar y aportar todo lo que a tu piel le sobra y le falta.
Dependiendo del tipo de piel y de sus necesidades, estos cuidados se realizan con menor o mayor frecuencia. Así nos encontramos con gente que los realiza semanalmente, cada quince días, o una vez al mes. En cualquier caso, nunca debería exceder la aplicación mensual. De hecho, es la propia piel la que te pide que vuelvas a darle una dosis de mimos, pues empiezas a sentirla más seca y tirante. Esto ocurre incluso en el caso de que utilices cremas hidratantes a diario.
Está comprobado que la agitación y el estrés contribuyen negativamente a tu imagen, ya sea de un modo ocasional mediante bolsas y ojeras, o de un modo más pronunciado, con la masiva aparición de arrugas y líneas de expresión. Por ello es fundamental que elijas el mejor momento para aplicarte una mascarilla facial, y que hagas de ello todo un ritual de belleza propio del mejor spa. Si consigues el tiempo y la relajación necesaria vas a notar como multiplicas los efectos y beneficios.
Está comprobado que la agitación y el estrés contribuyen negativamente a tu imagen, ya sea de un modo ocasional mediante bolsas y ojeras, o de un modo más pronunciado, con la masiva aparición de arrugas y líneas de expresión. Por ello es fundamental que elijas el mejor momento para aplicarte una mascarilla facial, y que hagas de ello todo un ritual de belleza propio del mejor spa. Si consigues el tiempo y la relajación necesaria vas a notar como multiplicas los efectos y beneficios.
Olvídate de robar 10 minutos a otra ocupación, no es bueno ponerse una mascarilla mientras estás pendiente de la comida, por ejemplo. Tómatelo como un regalo y dedícate exclusivamente a ello. Limpia tu piel, prepárala con mimo, aplica la mascarilla cuidadosamente y túmbate con música relajante el tiempo preciso. Por supuesto, no fumes, bebas ni hables, es tu momento de relax. Demuéstrale a tu piel que le estás dedicando el tiempo que necesita, te lo agradecerá.
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