Muchas de nosotras podemos saber qué tipo de piel tenemos, pero no todas sabemos exactamente qué tipo de pelo tenemos. Esto es muy importante, ya que determina el tipo de productos que utilizaremos y muchas veces es lo que hace que sepamos que tratamientos capilares debemos de hacer y cuáles no.
Actualmente en el mercado encontramos una gran variedad de productos que dicen ser para muchos tipos de cabellos, que dan más brillo, que lo dejan más hidratado que lo reparan. Pero lo importante no es que tenga miles de virtudes nuestro shampoo sino que sea para nuestro tipo de cabello.
Cuando vamos a elegir un producto además de elegir uno que sea para cabello fino o grueso también debe ser para cabellos secos o grasos, mixtos o normales. Es fácil darse cuenta cuando se tiene un cabello graso, ya que este se ve brilloso, oleoso y con un aspecto como a sucio. La causa del mismo es la excesiva producción de glándulas sebáceas por parte del cuero cabelludo. Para evitar esto es importante usar un shampoo adecuado y no masajear el cuerpo cabelludo, ya que esto es lo que aumenta la producción de glándulas sebáceas.
Cuando el cabello es seco, tienda a encresparse a quebrarse ya que está más débil, este pelo precisa una hidratación y nutrición intensa. Por eso es recomendable utilizar productos que contengan agentes hidratantes como el aguacate, o la almendra, que generan una hidratación profunda, también es realimente positivo realizar baños de crema y serúm con grandes poderes hidratantes.
Si padecemos de problemas como la caspa y esto no tiene que ver si el cabello es seco o graso, debemos de utilizar un shampoo adecuado para nuestra piel y tipo de cabello, muchos shampoos anticaspa suelen secar el cabello, así que pueden ser muy ventajosos para los cabellos grasos pero no tanto para los secos.
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