CONSEJOS DE BELLEZA CODOS Y RODILLAS

Los codos, las rodillas y los calcañales constituyen, junto con el rostro y las manos, unas de las áreas más expuestas a la acción destructiva del tiempo y de los cambios medioambientales, pero al contrario de éstos, son pasadas por alto la inmensa mayoría de las veces. Generalmente le otorgamos gran importancia a estos dos puntos (en especial a toda la zona del rostro y el cuidado del cutis y los ojos) y nos olvidamos que son los detalles quienes hablan más que nosotros mismos de quiénes y cómo somos realmente.

Ellos sufren laceraciones todo el tiempo, pero como pensamos que no se ven, las pasamos por alto, dejando en el mejor de los casos que se resuelvan solos.  ¿Cuántas veces hemos visto a muchachas jóvenes cuando no adolescentes  con codos y calcañares resecos, ennegrecidos, descuidados y con las rodillas en igual estado? Sus rostros son perfectos, pero causan una mala impresión por este motivo.

Lo primero que debes hacer es procurar blanquearlos. Tarea bastante difícil porque son las zonas que reciben el mayor impacto del medio que nos rodea, protegiéndonos de golpes y lastimaduras más serios.

Al menos una vez a la semana frótalos con una tapa de limón  (puede ser uno que hayas estado utilizando, incluso es mucho mejor así, si puedes, que esté impregnada de un poco de bicarbonato. Mantenlo entre diez y quince minutos y luego enjuaga con bastante agua tibia.

Si lo deseas en vez de utilizar limón solo  o con bicarbonato, puedes mezclar dos cucharadas de miel con el jugo de un limón y aplicarlo sobre toda el área. El efecto blanqueador del limón se verá complementado con el valor nutritivo de la miel, lo que redundará en un mayor beneficio para ti misma.

Cuando uses máscaras nutritivas para tu rostro (y cuello) deja siempre un sobrante para aplicar en estas áreas. Hazlo al menos una vez a la semana y en menos de un mes comenzarás a notar resultados sorprendentes.

                             

La sábila, el aguacate, el yogurt  y el aceite de oliva son altamente beneficiosos para los tres, en especial para la zona de los codos, por lo regular tan áspera y oscura.

Frota los calcañares tres veces a la semana con piedra pómez como mínimo. Humedécelos primero con agua y si te es posible, sumérgelos en una palangana  con agua tibia.  Si estás cansada y los pies te duelen, puedes echarle al líquido dos cucharadas de sal y verás cómo el cansancio empieza a ceder. También puedes añadirle a ésta unas semillas de sésamo  o de maní  y sentirás cómo tus pies (y por tanto tus calcañares) se nutren por efecto de la grasa que sueltan éstas al contacto del agua caliente. Entonces ya puedes frotarlos suavemente con la piedra pómez. Hazlo con suaves movimientos circulares como masajeándolos y el efecto relajante se acentuará.

Para nutrirlos puedes usar la misma receta con lanolina esbozada en el capítulo anterior para las manos.

Cuando hayas tratado con especial atención y esmero estos nueve puntos básicos de tu cuerpo seguro que te sentirás mejor contigo misma e igualmente sentirás que atraes más miradas que antes, debido a lo bien que te verás, ya no como un elemento individual, sino como un todo dinámico y bello.