LA TORMENTA PERFECTA NUTRICIONAL


La extensión de problemas en Occidente como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, la obesidad..etc a niveles epidémicos no ocurrió de la noche a la mañana. En realidad es la epidemia de inflamación silenciosa y grasa tóxica la que está detrás de estos problemas. Como afirma el profesor de epidemiología y nutrición del Harvard Medical School, el Dr Eric Rimm: "No tenemos una epidemia de obesidad, tenemos una epidemia de inflamación." A la hora de desentrañar las causas últimas de esta epidemia de pérdida de bienestar en las últimas décadas, encontramos 3 razones principales. Son las que conforman La Perfecta Tormenta Nutricional, tal como la denomina acertadamente el Dr Barry Sears en su libro "Toxic Fat".

1.- CARBOHIDRATOS BARATOS
¿Por qué los carbohidratos, como los cereales, son un problema? ¿Acaso no son la base de la vida? Los métodos de agricultura industrializada que empezaron a aplicarse en los años '70 lograron las fuentes de calorías más baratas de la historia. Por desgracia, la mayoría de estos carbohidratos acortan nuestra esperanza de vida, pues el consumo elevado de carbohidratos de alto nivel glucémico producen exceso de insulina. El exceso de insulina deteriora todos los sistemas hormonales y estimula la generación de grasa tóxica. 

El fenómeno de tener disponibles tantas calorías tan baratas es algo nuevo en la historia; para mayor problema, las fuentes más baratas son comidas rápidas y alimentos preparados, muchos de los cuales son altos en carbohidratos. Pensemos también, por supuesto, en las galletas, los cereales de desayuno que consiguen una comida en 15 segundos, barritas con trigo y azúcar..etc La verdadera tormenta nutricional se inició pasada la 2ª Guerra Mundial, cuando EEUU empezó a importar un modelo nutricional rico en azúcares. Aunque mucha gente no es consciente, consumir trigo o derivados refinados es lo mismo que consumir azúcar (si una persona mastica pan un minuto, las bandas linguales para medir el azúcar se pondrán tan azules como si hubieras masticado azúcar blanco). Así, el pan y la pasta como lugares centrales de la dieta no son sino integrantes de esta tormenta. Lamentablemente, este aumento del consumo de carbohidratos glucémicos baratos fue de la mano de otro fenómeno nefasto. Si los carbohidratos fueron la gasolina del fuego inflamatorio, los ácidos grasos omega-6 fueron los troncos.

2.- BARATOS ACEITES VEGETALES
Antiguamente resultaba muy caro obtener aceite de las semillas. A lo largo de la historia solía obtenerse de las olivas o la mantequilla. Ninguna de estas dos fuentes es rica en omega 6. En los años '20 del siglo pasado arrancó la industria de aceites de semillas, como el girasol, el maíz o la soja. Todos estos aceites son básicamente ácidos omega 6, que es el componente con que se fabrican todas las hormonas eicosanoides inflamatorias en las células. Por esto dije que eran los troncos. Los carbohidratos glucémicos son la gasolina porque el exceso de insulina estimula la generación de estas hormonas inflamatorias a partir del omega 6. Uno de los culpables de esta tragedia en la salud pública fue Earl Butz, del Departamento de Agricultura de EEUU durante la etapa del presidente Nixon. No se le ocurrió mejor estrategia para superar la crisis de los primeros '70 que comenzar a subsidiar masivamente la agricultura del trigo (carbohidratos glucémicos) y la soja (en forma de aceite =omega 6) para bajar los precios de los alimentos. Por su parte, nunca se pensó en subsidiar las frutas o verduras. El exceso de maíz, soja y trigo se dedicó a usos químicos -piénsese, volviendo a los carbohidratos, en el nefasto sirope de maíz, y sirope de maíz rico en fructosa, que endulza tantos alimentos y bebidas industriales-, mientras comenzaron también a ser la dieta básica de los cerdos, vacas y pollos que luego se consumirían. En 2007 los subsidios en EEUU a la soja y el maíz fue de 20 millones de dólares, y de cero para frutas y verduras.

Los elevados niveles de insulina de los carbohidratos condujeron a los omega 6 a generar más ácido araquidónico, el padre de la inflamación celular. Pero la humanidad tenía a su alcance un bote salvavidas. Como es sabido, no lo cogió y la epidemia de enfermedades crónicas emergió. Como debes saber ya, el bote salvavidas eran los ácidos grasos omega 3.

3.- REDUCCION DEL CONSUMO DE ACEITE DE PESCADO
La población siempre tiene un último recurso para evitar la inflamación silenciosa inducida por la dieta: el consumo de omega 3 del pescado y aceite de pescado. Aunque similares en estructura a los omega 6, su diferencia en ciertos enlaces químicos los convierte en poderosos agentes antiinflamatorios. A pesar del alto consumo de carbohidratos refinados y aceites vegetales baratos, un adecuado consumo de omega 3 habría mantenido a raya la tormenta nutricional. Desgraciadamente, la ingesta de omega-3 ha caído estrepitosamente en el último siglo. De hecho, se considera que consumimos ¡entre un 90% y un 95% menos de omega-3 que hace un siglo! El americano promedio consume 125 mg diarios de omega 3 frente a 20 gramos de omega 6. 

Eliminada la protección última del omega 3, todas las piezas de la Tormenta Perfecta Nutricional se unieron. Aunque la diabetes, la obesidad y los problemas cardiovasculares son los problemas en los que más rápidamente impacta la inflamación silenciosa, el alzheimer, la artitris, el cáncer... son esencialmente enfermedades inflamatorias, tal como está empezando a admitir la mayoría del mundo médico. Si esto no te parece razón suficiente para permanecer al margen de esta tormenta nutricional, ¿qué otra razón puede existir? Si estás de lleno inmerso en esta tormenta nutricional, e incluso ya tienes presentes síntomas de sus problemas, nunca es tarde para salir de ella. Simplemente debes seguir el mapa de carreteras que te lleva a la dieta y la vida favorables a la Zona.

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